Vampiros en la Habana | ||
El título del álbum está inspirado en el título de un filme cubano de dibujos animados de los años setenta que el grupo relacionó con una de las canciones que tenían compuestas para el nuevo disco. Curiosa relación de ideas y curiosa conexión Alicante-Madrid-Milán-La Habana como ya veremos. "Que nadie imagine al leer el título del álbum que Guaraná se ha convertido en un grupo salsero. Nada más lejos de la realidad". Guaraná nunca ha sido un grupo conformista que se resigna a su suerte. Ya desde los primeros tiempos, cuando decidieron marchar de Alicante para instalarse a Madrid, se veía que los cinco tenían muy claro lo que querían. Si para conseguir sus objetivos tenían que meterse en el metro a tocar para ganarse la vida, lo harían, y así hicieron. Y ahora sentían que tenían que dar un nuevo salto en busca de más calidad y ya lo están dando. La nueva etapa arrancó al terminar la extensa gira de 2001. Con más de 60 conciertos a sus espaldas, el grupo empezó a imaginar el siguiente reto, la grabación de un segundo álbum, y fue entonces cuando llegaron a la conclusión de que si en el primer álbum Guaraná era más latino que rockero, en el segundo debían avanzar y hacerse "más rockeros que latinos". Lo primero que llama la atención al escuchar Vampiros en La Habana es el potente sonido de las guitarras, la tremenda fuerza que han adquirido. El sonido de Guaraná se ha hecho algo más guitarrero sin por ello perder sus claras influencias latinas. "La gran cantidad de conciertos y galas que hemos hecho se ha notado mucho cuando hemos entrado en el estudio. Teníamos muy claro lo que queríamos pero esta vez sabíamos cómo conseguirlo", asegura el percusionista Cuco. "Hemos dado un sonido más propio y con más personalidad. Y nos reafirmamos en la idea de que nadie podrá nunca encasillar a Guaraná como un grupo de rock latino convencional". El trabajo de producción corrió a cargo de Danilo Ballo y el equipo de producción de Emanuele Ruffinengo, un nombre bien conocido en nuestro país por sus trabajos, entre otros, con Alejandro Sanz. Los componentes de Guaraná conocieron a Danilo en una fiesta y aquel día comenzaron a hablar de sus intenciones para el segundo álbum. Danilo entendió perfectamente cuáles eran las intenciones del grupo. "Queríamos que los instrumentos tuvieran más garra y que la voz estuviera más presente, que no hubiera tantos adornos y efectos", afirma David. Se pusieron pronto de acuerdo y acordaron marchar a Milán en busca de una nueva acústica y una nueva forma de grabar su música. Oídos los resultados se puede asegurar que lo consiguieron. Sin perder la esencia de lo que es Guaraná, el grupo ha evolucionado consiguiendo una sorprendente colección de nuevas canciones. Una vez más, la responsabilidad de componer ha recaído en su mayor parte en el tandem formado por el cantante Juanra, y el guitarrista David. Ambos se complementan a la perfección en su faceta más creativa. Sólo un tema, Mentira, aparece firmado por el quinteto. En cuanto a colaboraciones especiales, cabría destacar las pequeñas pero brillantísimas participaciones de dos cubanos, el trompetista Lulo Pérez y el trombonista Mandela, y las del propio Danilo que también puso su granito de arena y sabiduría. Hubo un hecho muy triste que marcó el inicio de la grabación: tres días antes de comenzar en Milán falleció Trini Esclapés, madre de Juanra. Los otros componentes del grupo le comentaron entonces que si hacía falta, se anulaban las fechas y se retrasaba la grabación del disco. Juanra dijo entonces que no, que se marcharan ellos cuatro delante y que él iría más tarde. Y así fue. A su llegada ya estaban grabada las bases y buena parte de los temas. Poner entonces voz a las canciones, con la enorme carga de emotividad contenida fue una experiencia tremenda. Quizá por ello, la voz de Juanra en este álbum suena de forma muy especial. Está pues a punto de comenzar una nueva etapa para uno de los grupos más sólidos y prometedores de la escena pop española. Sin duda Vampiros en La Habana supondrá su consolidación y marca un antes y un después en ese sentido |
|
|
Las canciones de 'Vampiros en La Habana' una a una Corazón suicida.- El arranque del álbum es muy ochentero y con claro sabor a pop español, con esas guitarrras afiladas, ese estribillo directo al centro de gravedad del oyente. "Lo primero que tuvimos fue un estribillo que yo había compuesto pero la primera estrofa original que me salió era horrible así que se la pasé a Juanra", recuerda David. "Al final ha acabado siendo una historia de amor. Habla mucho de nuestra forma de pensar". Besos muestra el lado más funky-latino de Guaraná, con un riff demoledor. Los metales marcan obsesivamente el ambiente mientras la voz cantante habla de besos y pasión, revolcones eléctricos para no olvidar. "Es la que más se acerca a los Guaraná del primer álbum". Como un barco de papel. Después de las energías gastadas en las dos anteriores composiciones, Guaraná muestra su lado más melódico y romántico, con sitio incluso para los instrumentos de cuerda. La voz de Juanra se sale en su papel de solista. Su capacidad interpretativa se pone aquí a prueba revelándose como un gran comunicador. Fue compuesta por Juanra hace muchos años."En la letra se habla de un judío en un campo de concentración y va muy bien para retratar situaciones conflictivas como la de Palestina. Es increible cómo resume la situación del mundo actualmente". Baila sobre mi cuerpo tiene, como en otros momentos del disco, aires a lo mejor del rock de los setenta, con ligeros toques sofisticados con mucha intención. David cree que "es una canción de adolescencia. Es como la historia del primer amor. Mi guitarra suena aquí con cierto rollito U2. Tiene mucha fuerza". En medio del camino aparece de pronto. Suena familiar. Es una versión muy personal del tema Sister Golden Hair que grabara en su día el grupo America. Guaraná da un repaso rockero a aquellas viejas y entrañables melodías. "Hace unos años hubo una versión tecno-electrónica que nos pilló en la etapa de ir de discotecas", subraya entre risas Vicente, el bajista. Con gran derroche de energía Guaraná saca un enorme partido a un tema inolvidable. Segunda piel es una canción que habla de nuevo de un barquito de papel. Y uno se pregunta: ¿Es que nadie recuerda aquellos barquitos de papel que siempre salían a flote contra viento y marea? "Efectivamente", dice David, "hay mucho de nosotros en esa letra". Como la vida misma, es puro Guaraná, puro sentimiento. En Mentira se nota que Guaraná tiene raíces. Posee ese lado descarado de los asalta-caminos y un derroche de energía propios de los comienzos de cualquier grupo. De hecho, es el único tema rescatado de los inicios de la banda y el único del disco que firman los cinco. Suena natural. Suena descarado. Juanra se despeina, la banda se desmelena, el homenaje latino-Santana-festivalero está servido. Tiene una imponente sección rítmica. "La versión definitiva salió en el local de ensayo y acabó en un ejercicio de fusión de estilos", comenta Vicente. Deshaciendo el mundo parece la típica canción destinada a romper moldes tradicionales del mundo Guaraná. Suena descaradamente distinta. "Es un tema que quiere demostrar que no hay que dejarse llevar por lo habitual, por lo cotidiano". Tu pelo en mi almohada muestra nuevamente la versatilidad de Guaraná como músicos. "Para nosotros es quizá la mejor canción del disco", comenta Juanra. "O por lo menos la más importante. Al menos para mí. Mi madre cuando escuchó la maqueta añadió 'Ésta es la canción'. Tiene una connotación muy especial para mí. Este tema es como un resumen de lo que ha sido nuestras vidas en los últimos años". Arranca como una simple balada y se desata en un huracán que al final se muestra apaciguado. Es, de pronto, como un derroche de interpretación, un arrebato, un pronto de pop y rock, un... Que tu luz se vuelva mi guía arranca como aquellas maquetas que en los años sesenta empezaban con la voz de ingeniero de sonido marcando el ritmo. De pronto se desata en plena explosión. Tiene esa luz espontánea de lo surgido en directo, en vivo, algo que sobrecoge. Es una balada y un ciclón pop que conquista. Me voy comienza suavecito hasta dar rienda suelta a toda su energía. Es un medio tiempo festivo que al final parecen tres canciones en una. Detrás hay un excelente trabajo instrumental. "Es un tema que parece que invita a la escapada, a pasar página, romper con el pasado y mirar para adelante", opina Juanra. Vampiros en La Habana es el tema central del álbum directamente relacionado con una espléndida película cubana de dibujos animados. Tiene, cómo no, un inequívoco sabor a música latina, posiblemente la composición con mayor toque latino del álbum, aunque los solos de guitarra son también los que más ambiente rockero tienen. Según Juanra "aborda el tema de las jineteras en Cuba". Tema oculto: Última noche en Milanés un
bonus track oculto que no estaba previsto. Fue grabado a última hora. Es
un tema que David compuso cuando tenía 15 años. "La tocamos
casualmente la última noche de estancia en Milán. A Danilo le gustó y
la grabó, de un tirón, como una jam-session muy especial, con nosotros
cinco tocando y él al piano", recuerda Paquito. |
||