El efecto guaraná - Vampiros en la Habana
GUARANÁ | |
El sonido GUARANÁ cambia. Y su formación también. El antaño quinteto ahora lo forman JUANRA ARNÁIZ (voz), DAVID NAVARRO (guitarras) y CUCO CELLINI (percusión) los que mantienen viva la llama. Si ya en su segundo álbum, “Vampiros en La Habana” (2002) se notaba una apreciable evolución respecto a lo ofrecido en su primer y aclamado trabajo, “El Efecto Guaraná” (2001), esta tercera obra supone una destilación de lo ofrecido en las dos anteriores, que cristaliza en un estilo propio e intransferible. Están los arreglos depurados, los reflejos latinos, la base pop-rockera de tintes hispanos, todo propulsado por la versatilidad y el increíble gusto de la guitarra de David, el arrope de Cuco con las percusiones y la torrencial y apabullante voz de Juanra. Si hay una combinación de palabras que defina a la perfección lo que hacen estos tipos es la siguiente: FUERZA Y ESTILO. Clase a raudales. Canela fina, oiga, paladeable por cualquiera al que le guste esto de juntar las siete notas y que suene bien. Entre esta decena de nuevas canciones destacan por derecho propio el primer single y nº 1 de las lista de radio española, “Noche En Vela”, balada con toques rumberos y aflamencados á la Manolo García; el rock trotón y panorámico de “Velocidad”; el crescendo de rock latino que supone “No Te Vas Porque No Quieres”; la fastuosa recreación de pop sesentero de “Canción Para Wendy &Peter” (con órgano Farfisa incluido) o el resultón AOR de “Inspiración”. Varias de las letras recorren - no podía ser menos con Guaraná- un abultado abanico de situaciones sentimentales (“Ana”, “Loco En Soledad”) pero hay sorpresas, como la ondulante “Lula”, composición dedicada al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. Al igual que hicieran en su anterior entrega, Guaraná han incluido un tema grabado en vivo en el estudio, con todos los músicos tocando juntos en el estudio. Se trata del corte que cierra el larga duración, “Andamos Borrachos”, de cargada atmósfera canalla y “sabinera” adornada con fraseos de guitarra y piano de jazz y estribillo de corrido. Melancólica como todos los adioses y tan caliente como un trago de whisky inundando tu estómago. Genial broche a un álbum completo, variado y cuidado. Si los kilos de talento pudieran convertirse en oro, Guaraná vivirían en Fort Knox. Un disco hecho por personas que viven la música las 24 horas para todos aquellos capaces de emocionarse con una canción, un acorde, un rasgueo de guitarra, una inflexión de voz, unos coros, unas melodías arrebatadoras…
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