Crítica de ‘Piratas del Caribe: la venganza de Salazar’: Bardem navega en aguas turbulentas
DIEGO G. MORENO
- Este jueves se ha estrenado la película 'Piratas del Caribe: la venganza de Salazar'.
- Javier Bardem se convierte, con gran probabilidad, en el mejor villano de la saga.
- La cinta levanta con poco éxito la calamidad de 'En mareas misteriosas'.
La saga de Piratas del Caribe se ha convertido, 15 años después del estreno de su primera parte, en una de las franquicias más rentables para Disney; sus dos últimas entregas (En el fin del mundo y En mareas misteriosas), de hecho, han ocupado dos puestos de las 10 cintas más taquilleras de la historia. La opinión de la crítica, en cambio, lleva cayendo desde la alabada La maldición de la Perla Negra, pasando por la mediocre El cofre del hombre muerto y llegando a la olvidable En mareas misteriosas.
La venganza de Salazar sigue poniendo el foco protagonista en el capitán Jack Sparrow, que esta vez tendrá que luchar contra un viejo enemigo, el capitán cazapiratas español Armando Salazar. Javier Bardem encarna a este personaje de manera magnífica, hasta tal punto que llegó a «asustar» a algunos de los actores principales, como nos contaron en la première europea de la película en París. La gran calidad de los efectos especiales -prácticamente toda la cinta ha sido rodada con pantallas de croma- rodean a Salazar de un aura tétrica que le convierte, con gran probabilidad, en el mejor villano de la saga.
Salazar es el punto fuerte de todo el largometraje, que incorpora dos nuevos y jóvenes protagonistas para, quizá, tomar el relevo a Johnny Depp (cuya actuación en el rodaje, según medios especializados, ha dejado mucho que desear) y a Orlando Bloom, que aparece en pantalla durante apenas unos minutos.
Brenton Thwaites (Maléfica) y Kaya Scodelario (Skins) intentan defender papeles que acaban siendo eclipsados por las grandes estrellas, dejándoles espacio para poco más que aprendernos sus caras para una más que posible siguiente entrega de la saga. En cuanto al guion, a pesar de contar con batallas espectaculares, acción trepidante y más de un gag -sobre todo por parte de Depp- que nos sacará una sonrisa, la cinta llega a parecer repetitiva y no puede evitar que miremos el reloj de vez en cuando.
Todos estos detalles hacen que la película navegue en todo momento en aguas internacionales, recalando en tierra de nadie y creando en el espectador una sensación de ni frío ni calor. A pesar de todo, está claro que La venganza de Salazar arrasará en taquilla, superando incluso a su predecesora. Disney ha puesto toda la carne en el asador para que la fórmula del éxito se repita: unos directores prometedores (Joachim Rønning y Espen Sandberg, nominados al Óscar por Kon-Tiki), las caras conocidas y más queridas por los seguidores de la saga (como Depp, Bloom o Geoffrey Rush en un renovado y más sentimental capitán Barbosa) y unos efectos especiales que -no me canso de repetir- impresionan.
Apenas queda algún recuerdo de la frescura y la originalidad que respiraba la primera entrega de Piratas del Caribe, que rescató un género -el de aventuras- perdido en el olvido desde que Indiana Jones colgó su látigo. La franquicia ha intentado contentar a todo tipo de público atrayendo así a las familias, pero dejando por el camino un humor blanco y poco socarrón para contentar a todo el mundo.
En definitiva, La venganza de Salazar levanta con poco éxito la calamidad de En mareas misteriosas y falla en su intento de dar un soplo de aire fresco a la saga. 15 años después del estreno de la primera cinta de la franquicia, va siendo hora de dejar de estirar el chicle pirata.