ISRA ÁLVAREZ
- Inaugurado en 1966 el estadio del Atlético de Madrid descubrió su vocación rockera el 7 de julio de 1982, con los Rolling Stones.
- Durante casi cincuenta años ha sido sede de algunos de los mejores y mayores conciertos que se han dado en nuestro país.
- El Vicente Calderón será derribado dentro de poco y sustituido por edificios de viviendas y la continuación de Madrid Río.
En él se jugaron más de mil trescientos partidos oficiales pero la del Estadio Vicente Calderón no fue sólo una historia de fútbol. De hecho ese estadio urbano, tosco y rojiblanco fue (y es) historia de la música.
Rolling Stones, AC/DC, Coldplay, U2, Rosendo, The Pretenders, Genesis y Phil Collins, Fito&Fitipaldis, Prince, Guns N'Roses, Dire Straits, Bon Jovi, Michael Jackson, Pink Floyd, Alejandro Sanz, Madonna, Muse, Marc Anthony, Paul McCartney, Metallica, David Bowie, Joaquín Sabina… Las gradas y el césped del estadio del Manzanares han vivido el arte de algunos de los grupos y cantantes más grandes de los últimos cincuenta años.
Inaugurado en 1966 el recinto colchonero, sede del Atlético de Madrid, descubrió su vocación rockera y como sede de conciertos el 7 de julio de 1982, cuando los Rolling Stones dieron un concierto mítico bajo uno de los mayores aguaceros que se recuerdan en la capital. Hubo eventos antes, pero aquel marcó el destino de ese recinto de hormigón que aún hunde sus raíces en la M-30 y en el río.
El final del Estadio Vicente Calderón se acerca. Si todo va bien pronto comenzará su demolición para sustituirlo por un proyecto urbanístico con más zonas verdes, la continuación de Madrid Río y edificios de viviendas con una media de 8 alturas.
"Se quedó viejo, se llenó de óxido, pero una vez fue el mejor estadio del mundo", así comienza la periodista deportiva Patricia Cazón su libro Hasta siempre, Vicente Calderón (Plaza y Janes). Para Cazón el éxito del Calderón como foro de conciertos tiene explicaciones claras: "su estructura permitía un sonido limpio, espectacular. El estar abierto en los costados, necesario por el paso de la M-30 debajo, provocaba que sonora como lo hacía, rugía", explica.
Ella no pudo vivir aquel concierto de los Rolling que todos rememoran, pero sabe que le habría encantado: "Quedarme, bajo la lluvia, cantando, bailando con ellos. Eso es la épica. Eso sólo podía pasar en el Vicente Calderón".
El también periodista Iñaki Dufour de Pablo, de la agencia EFE, asegura que en el Calderón "se creaba un ambiente especial", quizá porque "iba gente más habituada a ir a conciertos" y "le quedó ese poso". Dufour es autor (junto con Oscar González y Jenaro José Lorente) de Historia(s) del Atlético de Madrid. Los secretos del Calderón (T&b editores), que incluye un capítulo dedicado a los conciertos míticos que pudieron ver hasta las 65.000 personas que cabían en el Calderón en su configuración de escenario.
Antes del Calderón en Madrid hubo otros espacios para conciertos, como el Price, Las Ventas, Moscardó, el rockódromo, en la Casa de Campo o el Palacio de los Deportes (de infame acústica por entonces) pero el estadio colchonero los eclipsó a todos "y además era más barato de alquilar que el Bernabéu", destaca Dufour.
Pero el Vicente Calderón pasó una mala época. En julio de 1992 los conciertos de los grupos Guns and Roses y Génesis tuvieron que suspenderse debido a la aluminosis detectada en el estadio. Por cierto, por contextualizar, el concierto de Guns and Roses costaba por entonces 4.500 pesetas (unos 27 euros), lejos de los casi 100 euros de media de su último concierto en 2017.
El dinero que abrió las puertas
El miedo precedió a la entrega del coliseo al mundo de los conciertos: "el Español, influido por Porta, renunció a alojar el concierto de Barcelona 'ante los posibles destrozos que se podían provocar en el estadio y el terreno de juego', describe el citado libro, por lo que "el Atlético se replanteó la situación y alegó problemas con los seguros" antes del concierto de los Stones del 82.
Pero "unos 30 millones de pesetas de alquiler del estadio tuvieron la culpa de que Jagger y Richards se subiesen al escenario no una, sino en dos ocasiones", narra Historia(s) del Atlético de Madrid, del que se extrae la relación de conciertos a continuación.
Si el primero de los Rolling en el Calderón fue uno de los más recordados no lo fueron menos los de Michael Jackson. El rey del Pop dio nueve conciertos en España a lo largo de su carrera, dos de ellos en el estadio del Manzanares. Madonna lució la camiseta del Atleti en su recital de 1990 y Bon Jovi se cubrió con la bandera de España, rodeado de su público, en 2013. Cosas de los artistas internacionales y de su tendencia a la adulación local.
Al final, al Calderón lo despidió Alejandro Sanz (algo que no acabó de cuadrarle a los más rockeros) con su macroconcierto +ES+ el pasado junio, en el que además participaron más de una veintena de grandes cantantes y artistas amigos de Sanz.
"Éste es el último concierto que se da en este templo de la música y el fútbol que es el Calderón. Despedid a este estadio con un aplauso de todos", decía el cantante en mitad del concierto, provocando una ovación del público, coreando "Atleti, Atleti".
Alejandro Sanz contó cómo él siendo muy joven estuvo "allí arriba, en el graderío", viendo a los Rolling "y aunque siempre cuento que pensé que algún día yo estaría ahí no es verdad, pero como es bonito, pues aquí estamos". "El concierto se apaga, pero Madrid se enciende", dijo Alejandro Sanz justo antes de que un espectacular castillo de fuegos artificiales iluminara por última vez el Vicente Calderón.
Allí se quedan las notas, que seguirán sonando a pesar de la piqueta, las excavadoras y la demolición. Quizá en algunas noches de verano ese recuerdo aún haga vibrar los cristales de las ventanas de los vecinos del Manzanares, como lo hizo por décadas.
Algunos conciertos míticos
Rolling Stones. 7 de julio de 1982. "Las autoridades dispusieron que el concierto fuese vespertino, a la luz del día para controlar mejor los posibles desórdenes". Poco después del comienzo diluvió. "Jagger, embutido en una capa de lluvia y unas mallas rojiblancas, tuvo problemas para mantener el equilibrio, limpió el escenario con una bayeta y como el resto del grupo terminó calado, pero impulsados por un público eufórico, los Rolling ofrecieron uno de los mejores conciertos de su historia".
David Bowie. 6 de julio de 1987. El genio llegó a Madrid acompañado por los 40 camiones y 6 autobuses que trasladaban su escenario y a su troupe. "El duque" paseó toda su elegancia por el Manzanares, con un espectáculo cercano a la perfección.
Pink Floyd. 22 de julio de 1988. Ya sin Roger Waters llegó el grupo al Calderón "el auténtico sonido cuadrafónico" hizo temer a las autoridades por la salud de los patos del Manzanares, pues iban a cuestas con la leyenda de que los peces de un lago cercano al Cristal Palace Garden (Londres) habían muerto por el volumen de su concierto.
Bruce Springsteen. 2 de agosto de 1988. El boss se empleó como un corredor de fondo y tocó en el Calderón durante tres horas y cuarto y 36 de sus canciones.
Michael Jackson. 7 de agosto de 1988. La época dorada del estadio del Atleti, ni siquiera una semana pasó desde que Springsteen se bajara del escenario cuando ya estaba subiendo Michael Jackson. Cuatro años después, Michael Jackson regresó Calderón con Dangerous.
Madonna. 27 de julio de 1990. La mezcla de sexo, provocación y religión de Madonna no gustó a Jesús Gil, presidente del Atleti, que a punto estuvo de prohibir el recital de la estadounidense. El dinero acabó por suavizar los recelos de Gil. Madonna se metió al público en el bolsillo con unas cuantas frases en español y la camiseta del Atleti sobre el cuerpo.
AC/DC. 5 de junio de 2009. Recital aparte, "Angus Young regaló un 'striptease' tan poco erótico como humorístico, que dejó a la vista su ropa interior con el anagrama del grupo".
Bon Jovi. 27 de junio de 2013. Los fans primero. "Cuando estábamos diseñando la gira de presentación de nuestro último disco hicimos un estudio y vimos que, debido a la situación económica, España no entraba en la hoja de ruta. Sin embargo, no quería dejar tirados a los fans de un país que me encanta y me ha tratado tan bien durante 30 años", decía Bon Jovi en plena depresión económica. Y vino a tocar al Vicente Calderón en un recital por el que no cobró y cuyas entradas costaban la moderada cantidad de entre 20 y 40 euros.