Maggie Civantos: «Me gusta lo audiovisual porque se acerca a la eternidad»

DANIEL G. APARICIO

  • Maggie Civantos es una de las protagonistas de la comedia familiar 'El mejor verano de mi vida'.
  • La película, protagonizada por Leo Harlem, llega a los cines este jueves 12 de julio.

Maggie Civantos

La actriz malagueña Maggie Civantos vive el que es probablemente el momento más dulce de su carrera. Consiguió una legión de fans como Macarena Ferreiro en Vis a Vis –serie a la que está a punto de regresar–, es una de las protagonistas de Las chicas del cable –la primera producción española de Netflix–, y ahora da vida a uno de los personajes principales de El mejor verano de mi vida, la comedia protagonizada por Leo Harlem que aspira a convertirse en una de las grandes propuestas familiares del verano.

Por fin le llega un papel amable.
Lo has definido a la perfección Es una película muy amable para mí. Yo decía: "¡No tengo que llorar, no tengo que sufrir!". Solamente es un personaje luminoso. Creo que necesitaba hacer algo así, porque venía de hacer personaje muy oscuros y muy sufridos, que me encanta, pero yo soy actriz para hacer todo tipo de personajes, y este me ha aportado mucha luz. Ha sido un viaje muy bonito.

Se diría que lo ha pasado muy bien, ¿no?
Lo he disfrutado mucho. Por un lado, porque había hecho comedia en teatro pero era la primera vez que hacía comedia en cine. Por otro lado, porque estaba muy bien rodeada por un casting que además tiene mucha experiencia en comedia. A ver, esto es una gran obviedad si estamos hablando de Leo Harlem. Pero todos, absolutamente todos, son cómicos o actores de comedia. Y la verdad me he visto muy arropada, he aprendido mucho.

El género de comedia familiar estaba un poco abandonado, ¿no cree?
A mí me da miedo un poco que se malinterprete lo de comedia familiar, porque no es solo para niños, es para todos los públicos, y realmente una persona adulta también puede disfrutarla mucho. Eso es lo mágico, lo que me atrajo de este proyecto, que es una comedia muy divertid que podía ir a ver con mis sobrinas y disfrutarla toda la familia. Pero sí, creo que efectivamente no hay muchas, al menos españolas.

¿Cómo es trabajar con niños?
Pues yo me estoy haciendo un máster últimamente, porque en las últimas películas he trabajado mucho con niños. Es una gozada porque es cierto que estos niños son muy especiales. Es una gozada y aprendo mucho de ellos, porque más que niños son actores, apasionados del trabajo superprofesionales. Tienen las cosas clarísimas y lo hacen todo con una eficacia y una pasión que muchas veces ni siquiera encuentras ya en los adultos.

Esa profesionalidad se nota en pantalla.
Están viniendo unas generaciones muy potentes. Además, ahora hay escuelas para niños, y creo que se está valorando más el trabajo de los actores más pequeños o jóvenes… Sí, yo creo que hay que llamarlos así. Son actores pequeños pero son actores, y se están formando. También me parece que los directores y los productores son mucho más exigentes con esos niños, lo que está dando grandes talentos.

Zoe, su personaje, es una apasionada de las terapias naturales, ¿es algo que a usted le interesa?
Absolutamente. Yo practico acupuntura, como chía y hago yoga. O sea que lo tengo todo. Pero yo lo practico de una forma sana y equilibrada, no como este personaje que lo hace a un grado muy extremo. En la película se parodia eso pero también lo terrenal de la forma de ser de Curro, el personaje de Leo, que es el otro extremo. El equilibrio está en un punto intermedio, que es lo que descubren cuando se conocen.

¿Diría que ese es el tema principal del filme?
Creo que en la película se habla de muchas cosas, del amor, la amistad, el respeto…, pero también tiene una serie de subtemas muy interesantes como puede ser la educación: una familia más campechana frente a otra más sobreprotectora. Al final, la conclusión de la película es que los extremos no son buenos y hay que alcanzar un equilibrio, y entre todos estos personajes tan diferentes encuentran ese punto de unión.

Otro subtema es el del humor como terapia, ¿comparte esa idea?
Totalmente. A mí me han aconsejado ahora que me mire todos los días al espejo y que me ría cinco minutos de mí misma. Nos tomamos demasiado en serio, y creo que la vida hay que tomarla con humor. Reírse de uno mismo es la mejor terapia.

¿Cuál es su plan de verano ideal?
Todos mis veranos al final son maravillosos. Yo soy feliz en el calor. Obviamente me gusta mucho la playa, soy de Málaga, y también me gusta mucho todo lo que es estar en casa con mi familia. Ahora, este verano ha tocado trabajar y soy superfeliz, porque creo que sobre todo soy actriz para viajar con cada uno de los proyectos. Me encanta viajar.

¿Sabría decir cuál fue el mejor de su vida?
Es lo que te digo, todos mis veranos son los mejores de mi vida. Así empiezo siempre, pensando que va a ser increíble. Y, como creo que la felicidad es una cuestión de actitud, al final acaba siendo el mejor verano de mi vida.

Acaba de volver a Vis a Vis, ¿se esperaba el fenómeno?
No es que no me esperase el éxito sino que no me lo planteaba siquiera. Era mi primer personaje protagonista y me centré mucho en hacer mi trabajo aquí y ahora y no tener expectativas, que a veces es difícil no tenerlas. Lo que pasa es que estrenamos muy pronto –estábamos grabado y se estaba emitiendo–, por lo que supe de la reacción muy rápido, y fue una satisfacción enorme saber que tanto trabajo y tanto compromiso que había por parte de todo el equipo artístico y técnico tenía un resultado positivo.

Y las expectativas se superaron.
La sorpresa vino cuando Netflix la compró en Latinoamérica y cuando llegó a otros países de todo el mundo. No me esperaba que la serie fuera a viajar tantísimo. Me escribe gente de Turquía, de Rusia…

La televisión ha cambiado mucho.
Sí. Ahora, la forma de consumir las series es muy diferente, por lo que son mucho más eternas, no mueren. Ya no es una serie que se emitió en prime time en Antena 3 o en Telecinco sino que ahora están en una plataforma o incluso las compras en DVD. Por eso me gusta tanto lo audiovisual, porque se acerca a la eternidad. Está mucho más cercano a la sensación de consumir cine, incluso de realizarlo, porque también se cuidan mucho más las series ahora que hace unos años.

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