Las ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’ de Almodóvar cumplen 30 años

CARLES RULL

Mujeres al borde de un ataque de nervios

Antes de su estreno era una comedia española más, aunque fuera el séptimo largometraje de Pedro Almodóvar, un director que ya se había labrado cierta reputación con títulos como La ley del deseo (1987) o ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984). La protagonista, aunque en un reparto coral, volvía a ser Carmen Maura. La musa del director manchego por haber participado en todas sus películas, excepto en Laberinto de pasiones (1982), y algunos de sus cortos.

Hace 30 años, el 25 de marzo de 1988, Mujeres al borde de un ataque de nervios llegaba a los cines españoles y, en esta ocasión, la diferencia estaba en que se convertiría en una de las películas más importantes de nuestra cinematografía, y por varias razones.

Poco a poco, semana a semana, el público acudía a las salas en masa. Y no era nada fácil por entonces, con la dura competencia del auge de los videoclubs. En el mes de septiembre todavía figuraba entre las más vistas. Nada menos que 3.343.880 espectadores pasaron por taquilla y acabó recaudando 912,5 millones de pesetas, y que en la actualidad se corresponderían a 5,4 millones de euros (ajustados a la inflación serían unos 20,8 millones de euros).

En su triunfal andadura también le esperaba el reconocimiento tanto de crítica como del público fuera de nuestras fronteras. Logró el premio al mejor guion en el Festival de Venecia e incluso una nominación a los Globos de Oro y al Óscar a la mejor película extranjera.

Entre sus méritos habría que añadirle el que rompiera con los tópicos del cine español, sobre todo el de que la comedia española popular era mala. El cine de Almodóvar fue un soplo de aire fresco, renovador y deliciosamente transgresor, con una inconfundible puesta en escena. Creó un estilo, y estilismo, visual propio con una fotografía, decorados y vestuario de colores chillones para contar historias osadas y romper tabúes entre risas y dolor.

Más femenino que feminista, el universo Almodóvar mostraba a las amas de casa, pero también las que empezaban a acceder a otras profesiones fuera del ámbito del hogar, fueran abogadas o toreras. Ellas podían ser monjas o prostitutas, sensatas o irreflexivas, apasionadas o histéricas, patéticas o adorables, pero siempre dependientes emocionalmente del amor, el de un hombre en el caso de las hetereosexuales. Mujeres al borde de un ataque de nervios fue la consolidación de su arte y mirada.

"Chicas Almodóvar", del llanto a la superación

El argumento es enrevesado, como en un argumento del cine negro clásico norteamericano en el que perderse entre tantos personajes e historias. Pepa (Carmen Maura) es una actriz de doblaje y de televisión que acaba de ser abandonada por su amante, Iván (Fernando Guillén), un mujeriego empedernido. La ruptura coincide con la noticia de que está embarazada.

A partir de ese momento, y en estado de desesperación, varios personajes se cruzarán en la vida de Pepa como Lucía, la primera esposa de Iván (Julieta Serrano), internada en un sanatorio mental; Carlos, el hijo de Lucía e Iván (Antonio Banderas) y su novia Marisa (María Barranco); otra amante de Iván, Paulina, una abogada (Kiti Mánver); y Candela, la mejor amiga de Pepa (Rossy de Palma) y que ha estado liada con un terrorista chiíta.

Todas ellas reforzaron el concepto de "chicas Almodóvar". Además de las citadas, estaban en personajes secundarios Chus Lampreave, la portera cotilla "testigo de Jehová", o Loles León interpretando a una secretaria.

Entre sonrisas y aflicciones, Mujeres al borde de un ataque de nervios evolucionaba desde el cántico de lamento de Soy infeliz, interpretado por Lola Beltrán en los títulos de crédito iniciales, a la superación y olvidando a aquellos que nos han hecho daño, representado por el tema Puro teatro, de La Lupe, en los rótulos finales.

Obtuvo 16 nominaciones en los Goya de los que obtendría cinco: Mejor película, actriz (Carmen Maura), actriz de reparto (María Barranco), guion original y montaje. El Goya a la mejor dirección de aquella edición fue a parar a Gonzalo Suárez por Remando al viento.

Para honrar la película, y al director y sus "mujeres", Vogue España ha organizado una proyección especial prevista para el miércoles 4 de abril en la sala Equis de Madrid. Contará con la presencia de Almodóvar y parte de sus protagonistas, además de otras personalidades del mundo del cine y la moda vinculados a la obra del cineasta.

Tres momentazos

Una de las escenas más hilarantes la protagonizó Chus Lampreave, la portera del edificio en el que vive Pepa, cuando Iván acude a recoger sus maletas. Fiel al tópico de las "porteras chismosas", se justifica en que es "testiga de Jehová" para largar todo lo que sepa si alguien le pregunta: "Mi religión me prohíbe mentir (…) Si me pregunta tengo que contarlo todo con pelos y señales".

Otro de los gags más aplaudidos era el spot que protagonizaba el personaje de Pepa (Carmen Maura) promocionando un detergente, el "Ecco Homo" (en latín, "Este es el hombre"). Su papel era el de "la madre del asesino", demostrando, ante una atónita pareja de agentes de policía, el "insuperable" poder blanqueador del producto.

Tampoco podía faltar la escena con Pepa y el "mambotaxista" que interpreta Guillermo Montesinos. En el interior del vehículo, tapicería barata imitando piel de leopardo, alquiler de revistas, venta de tabaco o refrescos y música de todo tipo a elegir por el cliente, aunque con preferencia por el mambo. "Siga a ese taxi" le indica Pepa al entrar; "creía que eso solo pasaba en las películas" le responde satisfecho.

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