Aldo Linares: «El FIB forma parte del imaginario popular»
J. RADA
- Es Dj, amante de la música, comunicador y gestor cultural.
- Uno de los portavoces del FIB como asesor de contenidos y comunicación.
- Visualiza o descarga el PDF de la 'Guía de Festivales'.
Hablar del Festival Internacional de Benicàssim (FIB) es sumergirse en la historia festivalera española, un recorrido por un evento con más de 20 años de experiencia. Es uno de nuestros festivales reconocidos internacionalmente, y todo un reto de organización. Aldo Linares está vinculado a él desde los inicios, y reconoce que aún se emociona cuando la gente grita antes de que empiece cada concierto.
¿Cuáles son los elementos que describen la identidad del FIB?
Está definida por el aval que tiene no solamente por todos los años que lleva, sino también por la calidad del servicio, el cartel, y la lealtad a una idea: hay una filosofía detrás. Se tomó la iniciativa de abarcar un tipo de música que aquí no se abarcaba, y contó con el entusiasmo de la gente, no fue una cosa mercantilista, sino idealista.
¿Crees que el FIB abrió camino?
Desde luego, y también abrió una manera de entender las cosas, en un tiempo en que las escenas estaban en mutación, hubo un relevo generacional y sonoro, y yo creo que ha servido de modelo.
¿Debe ser difícil mantenerse?
Es difícil, porque el tiempo pasa y con él también llegan nuevos públicos, nuevos sonidos. Quizás el secreto es no perder la curiosidad, y ese gusto por la música; desde luego si dentro de la organización del festival no hubiese gente que realmente está interesada en la música, se quedaría estancado, y es también importante hacer un examen de conciencia constante.
Es un evento que consigue atraer a gran público extranjero…
Esto tiene un germen que viene de atrás, quizás ahora el público británico es atraído por el cartel pero también influye mucho venir a Benicàssim, toda la atmósfera, el hecho de estar en un país en el que tienes calor, buena comida, playa, tranquilidad. Pero el público nacional está volviendo, y hay una convivencia muy interesante que ha propiciado desde amistades de una persona de Mánchester con otra de Jaén, hasta matrimonios.
¿Algún otro consejo para sobrevivir como festival puntero?
No hay fórmula mágica. Somos los primeros interesados en que la gente lo pase bien. A parte del cartel, que no es nada fácil de confeccionar, se trata de generar una experiencia. Y ser realista sobre lo que puedes abarcar.
¿Vuestro mayor éxito y fracaso?
Él éxito ha sido esa permanencia contra viento y marea. El FIB es el FIB, tiene una identidad propia, pertenece al imaginario popular, y han actuado grandísimos artistas como Leonard Cohen, Muse o Kraftwerk, representamos una pequeña biblioteca del sonido. Hemos pasado momentos difíciles, como el diluvio del 97, o bajadas de público, metamorfosis de las que hemos aprendido que el FIB es un festival orgánico, y la humildad para empezar de nuevo.
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