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Rock in Rio vuelve a Lisboa en 2014, la edición española sigue en el aire.

La empresaria brasileña Roberta Medina, responsable del festival Rock in Rio, ha confirmado que la próxima cita del evento en Portugal ya tiene fecha, mayo de 2014.

Medina también ha confesado que la edición española sigue pendiente «porque la situación económica es más delicada en Madrid».

El festival, que empezó en Río de Janeiro en 1985, organizará su próxima edición en esta ciudad brasileña este mes de septiembre y celebrará el décimo aniversario de su primera versión lusa el año que viene.

A pesar de la crisis financiera en Europa, «la industria del entretenimiento trabaja muy bien en Portugal», dijo en una rueda de prensa Medina, quien precisó que el presupuesto para el Rock in Rio portugués de 2014 será de 25 millones de euros.

Rock Street en Brasil

La organización del Rock in Rio ha presentado el programa de la Rock Street de su edición carioca, que será una calle temática, de 150 metros de longitud, dedicada a músicos del Reino Unido.

La diplomacia no se hace sólo con embajadores, sino también con música y cultura La calle homenajeará al bohemio barrio londinense de Camden Town, donde residía la fallecida Amy Winehouse, y también ofrecerá presentaciones de música y danza irlandesa y escocesa, además de malabaristas y acróbatas.

El embajador del Reino Unido en Brasil, Alex Ellis, cuyo país apoya esta iniciativa en el Rock in Rio, recordó que entre los principales artistas que acudirán a la edición del próximo septiembre figuran las bandas británicas Iron Maiden y Florence and the Machine.

«La diplomacia no se hace sólo con embajadores, sino también con música y cultura», dijo Ellis.

 

 

Red Hot Chili Peppers hace vibrar en el cierre de Rock in Rio Madrid

Red Hot Chili Peppers ha echado esta noche el telón a la tercera edición de Rock in Rio Madrid acompañados de sus más conocidos éxitos y haciendo vibrar a los miles de seguidores que han acudido también a disfrutar de otros artistas como «Incubus» o «Deadmau5»

Los incombustibles californianos han aterrizado en la capital con sus mejores galas y dando sentido a la denominación del festival de música que, según datos de la organización, ha conseguido reunir a 180.000 asistentes entre sus cuatro jornadas.

Red Hot Chili Peppers, que ha regresado a Madrid tan sólo siete meses después de colgar el cartel de completo en el Palacio de los Deportes, volvía con las pilas puestas y con «Monarchy of Roses», de su álbum «I’m with you», como primera insignia de su concierto de esta noche.

La última jornada de Rock in Rio comenzaba con la actuación del grupo punk «Gogol Bordello» que, con sus raíces balcánicas, amenizó a los cientos de asistentes que comenzaban a agolparse en torno al imponente Escenario Mundo.

Con un popurrí de canciones de sus anteriores trabajos, entre los que destacan, «Break the spell» o «Immigraniada», de su quinto álbum, «Transcontinental Hustle», los neoyorkinos decían adiós a la ciudad de Arganda del Rey rumbo a su próximo concierto en Argelès-sur-Mer (Francia).

Tras ellos, les tocó el turno a los californianos de «Incubus» que, ya entrada la noche, presentaron a sus seguidores españoles su sexto disco, «If not now, when», editado cinco años después del lanzamiento de «Light grenades», presente también en su concierto.

Su líder, Brandon Boyd, que terminó su actuación descamisado, se trajo la lección de español aprendida, y con «Adolescents», «Anna Molly» y «Pardon me», demostró por qué su banda tiene un hueco en Rock in Rio gracias a su portentosa voz y al acompañamiento de sus músicos.

Por fin el auténtico rock llegaba al festival de música tras dos jornadas en las que la electrónica se adueñó del Escenario Mundo de la mano de artistas internacionales como David Guetta, Calvin Harris o Swedish House of Mafia.

Con «Sick sad little world», «Incubus» dejaba el testigo al cabeza de cartel en la última noche del festival de música, Red Hot Chili Peppers, que continuaban la estela de rock de sus compatriotas.

Hasta el público afincado en el césped se levantaba para recibir al grupo californiano, que no dudaba en recurrir a sus mejores temas como «Around the world» o «Californication», que venía acompañado de unas inusuales imágenes de botes de píldoras en las que se podían leer etiquetas de sentimientos como la «felicidad» o la «belleza».

Con un mensaje en favor de traer el amor a todo el mundo, su bajista, Michael Balzary, alias «Flea», bromeaba con los seguidores que se agolpaban a los pies del escenario, que se engalanaba de luces y sonido para recibir a «Red Hot Chili Peppers».

Mientras tanto, su compañero y vocalista, Anthony Kiedis, con quien demostraba una gran complicidad, decidía despojarse de su gorra y enseñar palmito para interpretar «Can’t stop», de su álbum «By the way».

Después de un recital en el que sonaron sencillos como «Hard to concentrate», «Right on time» o «Under the bridge», Red Hot Chili Peppers interpretaba «Higher Ground», escrita por el mismísimo Stevie Wonder.

Los californianos volvían a hacer entrada a la pista tras un breve amago por despedirse de sus seguidores con su batería, «Chad» Smith, enfundado en la camiseta de la selección española, recientemente coronada con la Eurocopa.

Además, Kiedis, en un alarde de su portento físico y demostrando que los años no pasan por sus brazos, decidía retomar el concierto haciendo el pino y con la música de «Suck my kiss».

Tras «Ethiopia» y «Give it away», Red Hot Chili Peppers, líder indiscutible de la jornada del cierre de Rock in Rio, abandonaba Arganda, iluminada por fuegos artificiales, para dejar paso a la electrónica de Deadmau5.

El canadiense ponía el broche de oro a la edición madrileña en el que «la música es sólo la excusa», y sus asistentes pueden disfrutar de servicios tan dispares como su concurrida tirolina, un castillo hinchable, un karaoke o una carpa VIP con expertos en dermoestética incluidos.

Rock in Rio se despide así de Madrid con la mirada puesta en el próximo año, donde el festival de música creado por Roberto Medina, aterrizará de nuevo en la ciudad de Río de Janeiro y como novedad, en la capital de Argentina, Buenos Aires.  EFE / Eduardo Bielsa